Servicio Médico de la Residencia
Residencia de Mayores Cruz Roja San Fernando Cádiz
Nutrición y salud en las personas mayores
Prevención de enfermedades crónicas
La salud de nuestros mayores está muy relacionada con la calidad de la dieta y ésta con la prevención de enfermedades crónicas. Es decir, la nutrición contribuye significativamente a la salud. Una nutrición adecuada es importante para mantener la actividad diaria y preservar la autonomía funcional de las personas mayores.
Aunque el riesgo de enfermedad aumenta con la edad, los problemas de salud no son una consecuencia inevitable del envejecimiento. Las mejores medidas preventivas están en la adquisición de estilos de vida saludables que incluyen, en primer lugar, una nutrición saludable.
Envejecimiento fisiológico
Los cambios fisiológicos en nuestros mayores contienen:
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Desaceleración del metabolismo basal.
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Disminución del músculo esquelético.
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Cambios en el estilo de vida, como la reducción de la actividad física, que reducen las necesidades de energía, pero que requieren un suministro correcto de nutrientes.
Fragilidad y nutrición
La calidad de la dieta previene y controla las enfermedades crónicas
Es cierto que, en ocasiones, los problemas nutricionales tienen una complejidad particular en los ancianos, tanto por una dificultad en la implementación de la dieta como por las reducidas posibilidades biológicas de adaptación y compensación funcional disponibles en la persona mayor. A esto se le define como «fragilidad nutricional», una situación en la que la nutrición puede causar enfermedades o, por lo contrario, convertirse en una fuente de curación.
Dieta para mayores como función terapéutica
¿Cómo actuamos en la Residencia de mayores?
En la Residencia trabajamos mucho en este punto, pautando las mejores combinaciones de alimentos y nutrientes, ofertadas en los diversos menús, y las adaptaciones personalizadas, con el objetivo preciso de que la dieta adquiera esa función terapéutica.
Valoración del estado nutricional inicial del mayor
El primer paso que seguimos en nuestro Centro es la valoración del estado nutricional, el diagnóstico y la identificación de las causas de los posibles déficits nutricionales; a esto le sigue el diseño de un plan de acción para corregir esas carencias, tanto con aportaciones farmacológicas como nutricionales.
No siempre es fácil poder distinguir un estado de malnutrición causado por una enfermedad subyacente o debido al proceso de envejecimiento.
Envejecimiento intestinal – Flora intestinal
El envejecimiento intestinal presenta cambios en los niveles morfológico y funcional. A su vez, modifica la microbiota, que es el conjunto de bacterias adaptadas a vivir en la superficie de la mucosa intestinal. Estos cambios pueden estar relacionados con una mayor fragilidad y riesgo de inflamación. Por eso, tenemos muy en cuenta la aportación de los probióticos, por ejemplo ofertando yogures con los menús, ya que son una importante herramienta terapéutica.
Osteoporosis y sarcopenia
Una adecuada nutrición mejora la osteosarcopenia, que es la combinación de sarcopenia y osteoporosis, denominada por algunos expertos como “el dúo peligroso”, dado que provoca mayor riesgo de caídas y fracturas.
Existe una estrecha interrelación entre hueso y músculo, de forma que cambios en la masa ósea afectan a la masa muscular y viceversa. Esto es tenido muy en cuenta por nuestro equipo de fisioterapia, que trabaja con el preciso objetivo de retrasar este proceso en nuestros mayores, ya que las intervenciones más efectivas son las que combinan los suplementos nutricionales con los ejercicios de resistencia.
Disfagia
Otro aspecto muy a tener en cuenta es la disfagia, ya que, si no es tratada, puede producir complicaciones importantes como la aspiración, la desnutrición y la deshidratación.
Las consideraciones al momento de prescribir una dieta en adultos mayores son múltiples, puesto que también incluyen las preferencias individuales, la conservación sensorial del gusto, las alteraciones funcionales gastrointestinales, el deterioro cognitivo y la evaluación de las comorbilidades, entre las que destacan la diabetes, el síndrome metabólico y la insuficiencia renal crónical.
Dieta Mediterránea como modelo alimentario en la Residencia
Libro Blanco de la Nutrición de las Personas Mayores
Las pautas de la Dieta Mediterránea, como modelo alimentario a seguir, son las adoptadas en nuestra Residencia coincidiendo con las indicaciones que aparecen en el “Libro Blanco de la Nutrición de las Personas Mayores en España” publicado a finales de diciembre del 2019. Este trabajo nace de la participación de 130 expertos y la coordinación de la Fundación Española de la Nutrición (FEN) y por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y lo consideramos muy importante ya que por primera vez una publicación recoge las debilidades y fortalezas de la nutrición de las personas mayores.
Dieta para una longevidad saludable
Según los profesionales comprometidos en el tema, la adhesión a la Dieta Mediterránea es clave para conseguir una longevidad saludable.
La Dieta Mediterránea se caracteriza por aportar verduras, frutas, legumbres, grasas insaturadas -como el aceite de oliva, frutos secos y pescado azul-, y con un aporte proteico suficiente procedente de leche, huevos, pescados, carnes preferentemente blancas…
Beneficios de la dieta mediterránea:
Esta combinación alimentaria contribuye a:
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Aumento en la longevidad.
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Menor incidencia de enfermedad cardiovascular.
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Menor riesgo de enfermedades crónicas.
Prescripción del ejercicio físico
En este libro no falta, como habíamos adelantado, la prescripción del ejercicio físico tolerable como herramienta fundamental. Como venimos haciendo en nuestro Centro, los programas adaptados de actividad física para nuestros mayores mejoran la función cardiorrespiratoria, la muscular e, indirectamente, la composición corporal, reduciendo en muchas ocasiones la necesidad de medicación.
Los profesionales del equipo sanitario estamos profundamente comprometidos y convencidos de que la optimización de la nutrición es fundamental para un envejecimiento saludable, la mejora de la calidad de vida y la autonomía de nuestros mayores.