La actividad estrella del verano son las salidas a la playa que realizamos semanalmente, siempre y cuando las condiciones climatológicas lo permitan, ya que proporciona a nuestros residentes numerosos beneficios, tanto desde un punto de vista físico como psicológico.
Es un estímulo para ellos porque supone un cambio en su rutina diaria y les evoca muchos recuerdos, algo que les produce una mayor sensación de bienestar. Asimismo, andando por la arena y/o nadando, ejercitan la musculatura y mejoran la circulación sanguínea.
Desde el servicio médico, nos cuentan los beneficios de la playa para las personas mayores:
La playa reporta grandes beneficios para la salud. El sol es necesario para regular los niveles de vitamina D, fortaleciendo así los huesos. Con unos minutos es suficiente, siempre y cuando no sea en las horas de mayor radiación. Es un aspecto muy importante a tener en cuenta de cara a enfermedades que afectan a la población mayor, como es el caso de la osteoporosis.
A nivel de la piel, pese a que ha sido el sol siempre considerado como un enemigo, sin embargo existen enfermedades como el acné o la psoriasis que tienden a beneficiarse tras la exposición solar. Por otro lado, caminar por la playa mejora la circulación, siendo ideal para tratar y prevenir determinadas patologías, como la insuficiencia venosa.
Asimismo, desde el punto de vista cognitivo, acudir a la playa y la exposición moderada al sol, ayudan a mejorar los estados de ansiedad y depresión, así como el insomnio. De hecho, es en este punto en el que probablemente ofrece unos beneficios más rápidos y visibles. Esto se debe a que la luz regula nuestro ciclo de vigilia y sueño, controlando los niveles de melatonina. Por todo ello, disfrutar de un tiempo en la playa no solo conducirá a una mayor sensación de bienestar y una mejoría de la autoestima, sino que producirá un impacto positivo a nivel de la salud del residente.
Precauciones frente al calor para salidas en la playa
Para estas salidas, tomamos las precauciones oportunas, siguiendo las indicaciones de nuestro médico:
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Hidratación constante (beber mucha agua y estar refrescándose constantemente)
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Protección solar
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Indumentaria adecuada (gafas, gorras o sombreros, etc.)
Ola de calor y mayores
En los periodos de ola de calor, evitamos ir a la playa, para no correr riesgos, ya que las enfermedades crónicas y los tratamientos de varios medicamentos, son más vulnerables a las altas temperaturas.
Protocolo en playa de socorristas
Asimismo, estamos en contacto con los socorristas de la playa que están pendiente de nosotros en todo momento y nos ayudan, asesoran y atienden si es necesario. Ellos disponen de un protocolo que activan si se da algún caso de taquicardia, golpe de calor o desorientación, que son los problemas más habituales que se dan en las personas mayores en la playa.