La crisis socio-sanitaria fruto de la pandemia COVID-19 ha generado y continúa causando un importante impacto psicológico en la población, afectando fundamentalmente a las personas más vulnerables, muchas de ellas personas de avanzada edad.
Si bien en ocasiones tienen sentimientos de soledad y tristeza, los mismos han podido acentuarse durante estos meses de confinamiento, aumentando con ello la probabilidad de verse envueltos en procesos psicológicos complicados.
En esta etapa de transición hemos podido observar afectaciones a nivel cognitivo, emocional y/ o social que, no solo los residentes, sino también los familiares y profesionales hemos apreciado. Desde el punto de vista psicológico, es importante trabajar con nuestros mayores para conocerlas y ponerles nombre, pues nos ayuda a comprender mejor la realidad que han vivido y nos acerca más, si cabe, a ellos.
Consecuencias psicológicas en los mayores por pandemia COVID-19
Afectación cognitiva
En cuanto a la afectación cognitiva, desde nuestra experiencia hemos podido ver en algunos residentes los siguientes síntomas:
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Deterioro de las funciones cognitivas: mayor desorientación espacial/ temporal y personal, pérdida de memoria, disminución de la atención, falta de iniciativa para hacer tareas, alteración en el lenguaje, empeoramiento en la planificación y toma de decisiones.
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Síndrome confusional agudo: se da de manera súbita y dura entre unas horas y pocos días, a diferencia del deterioro cognitivo que es paulatino. Se manifiesta como un estado de gran somnolencia e inactividad, acompañado normalmente de síntomas similares al deterioro cognitivo: desorientación, agitación, alucinaciones, problemas de memoria…
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Alteraciones conductuales y cambios en la personalidad: agitación, agresividad, desinhibición o irritabilidad.
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Alteraciones del sueño y de la alimentación consecuencia de la modificación de las rutinas.
Impacto emocional y social
Respecto al impacto emocional y social de la Covid-19, inevitablemente los cambios que se han llevado a cabo en el centro durante estos meses han influido en el bienestar personal de los residentes.
En un principio, las reacciones de miedo e incredulidad debido a lo desconocido, sumado a la fuerte necesidad de ver a sus seres queridos, han causado un impacto psicológico en ellos. Ahora, con la nueva normalidad, la cual conlleva limitaciones y restricciones no presentes antes, pueden llegar a sentirse confundidos, con muchas dudas y cierta desconfianza.
¿Qué hacemos desde la residencia de mayores?
Información e intervención psicológica
Desde la residencia, nuestro principal cometido ha sido informar a nuestros residentes y familiares sobre los riesgos del virus y las medidas sanitarias que se llevaban a cabo desde la seguridad y la calma, con el fin de evitar el pánico y alarma. Aun así, ha sido irremediable ciertos momentos de inestabilidad emocional, para los que algunos de nuestros residentes han requerido de intervención psicológica. En estas intervenciones se trabajan aspectos como la soledad, la depresión, la ansiedad o la ira, desde el fomento de las capacidades resilientes de cada residente, la autoestima y el apoyo social.
Videollamadas entre residentes y familiares
Por otra parte, hemos ofrecido videollamadas para facilitar un contacto más directo y frecuente entre residentes y familiares, además de la elaboración por parte del Servicio de Terapia Ocupacional de vídeos de los residentes en su día a día, destinados también a las familias de éstos.
Servicio de Psicología
Actualmente desde el servicio de Psicología, nuestro trabajo está centrado en trabajar con ellos para reparar secuelas relativas a sentimientos de irrealidad, incredulidad, miedos y dudas, y que no perduren en el tiempo.
De manera paralela, con la nueva normalidad, estamos pendientes de ofrecerles toda la información necesaria, con el fin de generarles confianza y seguridad en todo momento.