Servicio de Fisioterapia
Residencia de Mayores Cruz Roja San Fernando Cádiz
Es fundamental el tratamiento fisioterapéutico en las personas que sufren Alzheimer para ralentizar lo máximo posible el avance de los síntomas de la enfermedad y para mantener una buena calidad de vida.
La enfermedad de Alzheimer es la causa más frecuente de demencia, siendo además una de las principales causas de dependencia de las personas mayores.
Alzheimer en personas mayores
Tratamiento del Alzheimer a través de la fisioterapia
Objetivos del tratamiento
Los objetivos generales del tratamiento fisioterapéutico en nuestra Residencia para pacientes con Alzheimer son los siguientes:
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Procurar que el paciente mantenga una buena calidad de vida el mayor tiempo posible.
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Potenciar el correcto funcionamiento del aparato locomotor, el sistema cardiorrespiratorio y capacidades motrices, para retrasar en lo posible los efectos de la enfermedad.
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Prevenir patologías asociadas a la evolución de la enfermedad del Alzheimer, como los derivados del encamamiento prolongado.
Fases del tratamiento del Alzheimer en la Residencia
El tratamiento del Alzheimer dependerá de la evolución de la enfermedad, que comprende tres fases:
PRIMERA FASE DEL ALZHEIMER
En una primera fase, habrá que trabajar para que el paciente mantenga una vida independiente dentro de sus posibilidades, previniendo que las dificultades de movilidad y déficits sean lo menos invalidantes posibles. Para ello,
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Potenciamos la movilidad como medio de prevención de atrofias y limitaciones mío-articulares y para preservar la independencia del paciente.
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Empleamos la bicicleta ergonómica que favorece la función cardiorrespiratoria, la movilidad articular, la coordinación y la resistencia al esfuerzo.
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Reeducamos la marcha.
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Realizamos fisioterapia respiratoria que dependerá en gran medida de la colaboración del paciente y que en primera instancia será preventiva.
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Promovemos el movimiento y relajación mediante la hidroterapia.
SEGUNDA FASE DEL ALZHEIMER
En la segunda fase evolutiva de la enfermedad, intensificaremos el tratamiento ya visto con el hándicap del deterioro cognitivo del paciente. Realizaremos:
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Cinesiterapia activa o pasiva de extremidades e incluso tronco para la prevención de posibles distonías y desajustes posturales.
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Tratamiento postural en sedestación, en cama y al realizar actividades de la vida diaria.
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Ejercicios para flexibilizar la columna y tórax.
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Movilización de articulaciones en todos sus planos, buscando siempre la colaboración del paciente.
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Promoción del movimiento y relajación con hidroterapia, si el estado del paciente lo permite.
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Ejercicios de equilibrio y reeducación de la marcha.
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Tratamiento del dolor mediante la aplicación de termoterapia, crioterapia o ultrasonoterapia.
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Fisioterapia respiratoria.
TERCERA FASE DEL ALZHEIMER
En la tercera fase de la enfermedad encontraremos un paciente encamado (persona dependiente), muy deteriorado a nivel orgánico y psíquico y con poca capacidad de colaboración voluntaria durante las sesiones de tratamiento. Cobra vital importancia la prevención y tratamiento de las complicaciones derivadas del encamamiento como las cardiorrespiratorias, cutáneas y las derivadas de la inmovilidad como la anquilosis y alteraciones del tono muscular. En esta fase, actuaremos de la siguiente manera:
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Realizaremos controles posturales del encamado, con cambios posturales y protección de prominencias óseas para prevenir úlceras por decúbito.
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Cinesiterapia pasiva o activo-asistida si así lo tolera el paciente.
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Masaje tonificante para mantener la turgencia de los tejidos cutáneos, especialmente en las zonas de la piel con prominencia óseas o sometidas a apoyo continuo en la cama.
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Fisioterapia respiratoria.
Beneficios de la fisioterapia en pacientes con Alzheimer
¿Qué resultados obtenemos?
Hay que tener en cuenta que cada residente reacciona de una forma diferente, dependiendo también del estadío evolutivo de su enfermedad pero en líneas generales, obtenemos una mejora a todos los niveles:
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Logramos mantener más tiempo sus habilidades motoras.
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Conseguimos un mayor grado de autonomía física y funcional posible en cada fase de la enfermedad.
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Prevenimos frente a posibles apariciones de úlceras por presión o escaras.
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Obtenemos una mejora cardiorrespiratoria.
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Y algo muy importante, mejoramos su estado de ánimo y por tanto, su calidad de vida así como de las personas que le rodean.