Sonia Negreira
Fisioterapeuta de la Residencia de mayores
Sonia resopla un poco cuando se le pregunta. Reconoce que la situación ha sido muy estresante, profesional y personalmente. Sin embargo, ello no le desvió de su principal objetivo: hacer que los residentes estuvieran lo mejor posible. “La situación era muy complicada y diferente para ellos y nos centramos más si cabe en atender y responder a sus inquietudes y necesidades”.
En un principio, hasta que el médico internista les permitió entrar en las habitaciones para realizar su labor como fisioterapeutas, estuvieron atendiendo otras posibles necesidades y ayudando a sus compañeros. Pero en el momento en el que sí pudieron, se llevaron a aquéllas muchos de los aparatos de fisioterapia para seguir con el tratamiento de los residentes. “Nuestra intención – nos cuenta – era recuperar mucho de lo físicamente se había perdido. En algunos residentes hemos notado cómo se han agravado algunas patologías debido al confinamiento”.
Sonia reconoce que lo vivido “le ha tocado mucho” psicológicamente hablando.“Me preocupa y nos preocupa a todos la situación. Sin lugar a dudas, después de lo vivido, estamos muy preparados pero temes por ellos. Tanto es así que este año no me he ido fuera de vacaciones y he procurado reservarme lo máximo posible porque nunca se sabe… Por eso, me preocupa de alguna manera ver la inconsciencia de mucha gente”.
A pesar de todo ello, sorprende su fortaleza. Quizás nunca haya vivido una situación igual, seguramente no, pero sin embargo, ha cogido todas estas vivencias y ha extraído de ellas un enorme aprendizaje que le servirá para toda la vida.
Gracias, Sonia.