Mientras continúa con su tarea, el almuerzo de hoy, Estrella revive con nosotros los primeros días de la pandemia. Reconoce haberlo pasado mal, sobre todo por la incertidumbre que generaba y sigue generando este virus y por los residentes.

El equipo de cocina, al igual que el resto de departamentos, tuvo que adaptarse a la situación y responder a las necesidades que iban surgiendo. Y vaya si lo hicieron…

Reforzaron más si cabe la limpieza y desinfección de las instalaciones y lo más importante, añadieron grandes dosis de amor y cariño en cada plato que elaboraban, por entonces servidos en las habitaciones.

Estrella nos cuenta que cuando llegaba a la Residencia se le quitaba el miedo porque de alguna forma dejaba de imaginar, estando cerca de los residentes y de sus compañeros.

Nos cuenta que lo vivido deja secuelas pero también un enorme aprendizaje, una lección de vida que nunca olvidará.

Gracias, Estrella

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