Ya hemos pisado la arena por primera vez este año y nos hemos dado los primeros chapuzones, algo que encanta a nuestros mayores y con lo que disfrutan muchísimo.

Comienza así la temporada de verano, de sol y playa para nuestros residentes, que consistirá en salidas semanales a la Playa de la Victoria, a la que se pueden sumar cuántos familiares quieran.

Los beneficios de estas salidas a la playa para los mayores son evidentes: es un estímulo, ya que supone un cambio en su rutina diaria; andar por la arena y nadar ejercitan la musculatura, reducen las dolencias óseas y mejoran la circulación sanguínea.

Para estas salidas, tomamos las precauciones oportunas, siguiendo las indicaciones de nuestro médico: hidratación constante (beber mucha agua y estar refrescándose constantemente), protección solar e indumentaria adecuada (gafas, gorras o sombreros, etc.). En los periodos de ola de calor, evitamos ir a la playa, para no correr riesgos, ya que las enfermedades crónicas y los tratamientos de varios medicamentos, son más vulnerables a las altas temperaturas.

Asimismo, estamos en contacto con los socorristas de la playa que están pendiente de nosotros en todo momento y nos ayudan, asesoran y atienden si es necesario. Ellos disponen de un protocolo que activan si se da algún caso de taquicardia, golpe de calor o desorientación, que son los problemas más habituales que se dan en las personas mayores en la playa.