15 de junio de 2016
Residencia de Mayores Cruz Roja San Fernando Cádiz
Testimonio de Trinidad Riaza Carrión, cuidadora, familiar de residente
“He tenido que adaptarme a su ingreso en la Residencia y todavía hoy, a veces, sigo sin creérmelo”
El testimonio de Trinidad nos acerca al papel del cuidador principal, un rol difícil al que tenemos especialmente en cuenta en la Residencia. Pensamos que ellos necesitan también de cuidados, de atención y sobre todo, de comprensión.
Trinidad ha pasado buena parte de su vida cuidando de otros. Cuidó de su madre cuando ésta vivía con ella y su familia, de sus hijos -de pequeños y ahora- y de una forma especial, de su marido. Especial porque la vida no ha sido fácil para él. Una profunda depresión le llevó a aislarse en la habitación de su casa hace más de veinte años, algo que fue mermándole facultades físicas hasta que terminó postrándole en una cama. Y a su lado, siempre Trinidad.
“Nunca me he separado de su lado y ello no me ha pesado. Me salía de dentro, no me lo tenía que imponer… me entretenía con mis labores, con el punto de cruz o el ganchillo, pero siempre a su lado…”, cuenta Trinidad con bastante emoción. Y asegura que aunque el cambio fue grande porque hasta entonces entraban y salían mucho los dos –les gustaba las fiestas y las excursiones- se adaptó y asimiló bien su nueva situación.
Así se pasó muchos años hasta que determinadas circunstancias obligaron a ingresar a su marido en la Residencia, en agosto de 2015, algo que Trinidad continua asimilando porque al principio, como ella mismo reconoce, fue muy duro. Estaba acostumbrada a no separarse de él ni un solo momento y por tanto, ella también tuvo que pasar su proceso de adaptación, en el que intervienen muchos factores, entre ellos, el sentimiento de culpabilidad.
A día de hoy, Trinidad nos cuenta que está muy contenta con la atención que le damos a su marido en la Residencia y porque, entre otras cosas, respetamos su espacio y se sienten queridos. Ella viene al centro todos los días, incluídos sábados y domingos y sigue a su lado todo el tiempo que puede. “Me duele que esté aquí no porque él esté mal, todo lo contrario, sino porque me he tenido que separar de él… después de todo, al final, hemos tenido que optar por la Residencia y aunque estoy encantada con la atención que se le brinda, muchas veces me pregunto si ha valido la pena tanto esfuerzo…”, se sincera Trinidad, quien anima a todos los cuidadores a que “sigan viviendo… hay que vivir y compaginarlo lo mejor posible”.
Trinidad es muy fuerte, como ella mismo reconoce, tanto física como emocionalmente. Esto, sin lugar a dudas, le ha llevado a adaptarse mejor a las circunstancias y a superar las dificultades, pero también ha pasado su proceso y de hecho, sigue en él, adaptándose a los cambios que la vida le trae consigo. No es fácil pero se puede, a veces con más ayuda, otras con menos, pero es posible.
Charlas para cuidadores
Para el mes de octubre tenemos previsto iniciar un grupo de trabajo para cuidadores, dirigidos por nuestras psicólogas de la Residencia, con objeto de que estos puedan disponer de un lugar donde aprender a manejar herramientas para gestionar bien su papel como cuidadores y donde compartir experiencias.
Os daremos toda la información sobre esta iniciativa en el mes de septiembre.